
Hasta las estatuas en Oxford me miran mal. Es acojonante. Hoy hemos estado localizando unas secuencias en el Sheldonian, donde tenía que marcar por donde entraban y salían los personajes para el tema arduo éste de los permisos, y mirad con que cara me miraban hasta las piedras. Y lo peor son los turistas españoles que se sorprenden al ver alguien conocido haciendo aspavientos en medio de la calle. ¿Qué hace ese gordo aquí? Pues sí, señora: aquí ando con mi Garcinglish a cuestas. Mítico. Oye, asombroso, mi equipo me dice que entienden lo que les digo. ¿Me seguirán secillamente el rollo? Parezco uno de los gipsy kings, Dios.
1 comentario:
Olé.
Publicar un comentario