
Hoy he empezado a montar. Creo que es hora de finalizar el blog.
Sí, sé que muchos de vosotros queréis que siga, pero ya no siento lo mismo. El blog era una salida a una sensación de angustia, y eso ha desaparecido. El blog era mi vía de escape para hablar del rodaje, y lo escribía desde tierras extrañas, buscando la comprensión de una entidad cibernética tras la que se ocultaban un grupo importante de amigos, algunos conocidos y otros que fui conociendo poco a poco.
Sé que algunos especulábais con la posibilidad de continuar el blog en la postproducción, leí muchos post sobre esto. Pero no es lo mismo. Lo bueno del blog, lo inusual de todo esto era la INMEDIATEZ, la realidad de que todo lo que pasaba estaba ocurriendo en tiempo real, y sólo los que leían el blog eran informados puntualmente de los acontecimientos. Se establecía una complicidad única.
Para mí ha sido una experiencia realmente positiva. Tengo que confesaros que cumplió puntualmente su objetivo. Gracias al blog, en muchos momentos, saqué fuerzas de donde no había más que mucho cansancio. Estoy pensando en publicarlo, hacer un libro de todo esto, porque apetece que no se olvide. Ahora me arrepiento de muchas entradas, y cambiaría un montón de cosas, de las que no me siento especialmente orgulloso. Pero eso es lo bueno precisamente. Eso pasó y lo sentí así, y debe perdurar. Quizá le sirva a alguien. Quizá no haya servido para nada, y como reza el encabezamiento, todo sea deliciosamente prescindible. Contar lo que uno siente y descubrir sus debilidades puede ser considerado un error estratégico, pero en mi caso, a estas alturas, creo que no tengo nada que ocultar, quizá las canas. Es maravilloso asumir la incertidumbre como parte del proceso creativo. El que no lo hace, o está muerto, o se aburre mucho. Los viajes tienen buenos momentos, cuando llegas a la posada, y te tomas una pinta de cerveza que no te cabe en las manos. Pero también te sorprende la tormenta y... En fin, estoy desbarrando.
Quería despedirme y lo he hecho. Uno de estos días, cuando me haya asegurado de cómo guardar el material, lo borraré todo.
Por último, os aseguro que la cena prometida con los bloggeros no caerá en saco roto. El teniente será debidamente informado, y sólo asistirán los bloggeros que el teniente considere. Creo que es lo justo.